…aquel viaje fue el último…esta estación sin vacaciones, sin
verano, sin octubre… …aún me estremece esa última noche, cómo lloré su cuerpo
desnudo…el olor de sus manos en mi piel… -No puedes despedirte de alguien que ya
se ha marchado-me decían, y llené mi maleta de ropa, de bolsas, entregando mi corazón suicida al último tren…viajé
para despedirme o para luchar, a día de hoy creo que fue para batallar en el
adiós y no arrepentirme de no haberlo intentado al menos… …podría explicaros
qué pasó, pero todos conoceis la
historia…Barcelona gritaba -va marxa lluny del meu abast i sempre estara el meu
cor... - …la banda sonora de aquellos días y noches…-És de nit…Sense tu
…verbalizar lo que siento, buscaba respuestas y no conocía
las preguntas…y cuando las supe no encajaban en mí…así tanto como ella…
…recuerdo la azotea, el sol…lo de ser alguien como el resto
o ser alguien más…incrédula de mí, recuerdo como tu voz pronunciaba Necesito en aquella cafetería (in)justa…y que
apuñalabas tu confianza en mi capacidad de cubrirla de llenar(te) de
completar(te)…
…luces de noche, música de fuente, sentadas en las escaleras
que sostenían nuestros abrazos pero no subían a ninguna parte, sólo bajaban
hacia el suelo…hacia mí…los pasillos de los museos, las comidas, los pasos, los
últimos baños, el último masaje, el último capítulo de Anatomía de Grey en un
apartamento de alquiler dónde se asesinaron mis esperanzas, dónde fregaron mi
arrastre… el último ¡¡¡-Házme el amor o Échame un polvo…pero ven!!!
Tú sonrisa y tus pérdidas espaciotemporales y mi afán por
encontrarte o que nos perdiéramos allí en aquel parque de pinturas, …las
alturas de un castillo que se hizo de arena después de fotografiarme en las
nubes…las tizas del lavabo de un museo erótico…el piropo del mendigo de Les
Rambles sonriendo a nuestras manos entrelazadas…el tamaño de un león ansioso…el
mar mediterráneo debajo…la arena de la playa en tu toalla…el chocolate de tus
labios…y las cosquillas de silencios llenos de complicidad…
…puede que eche de menos a esa persona o añore esos momentos
a oscuras que ya nadie ilumina…que memorice las fechas que no cicatrizan mis
heridas porque aún están abiertas…que tú seas mi alcohol preferido para que
escuecen y no curen…no ofrezcas oxígeno…sino vas estar aquí para respirar(me)…
…hace 365 días ella dormía en mi hombro y yo deseaba que ese
tren no llegase a su destino nunca…pero paró, se despertó como si nada…como si
lo que durase ese trayecto no significase absolutamente todo aquello que se
perdía y rompía en mí cuando la miraba…y yo sabía que sería la última hora de
mi vida…la última vez que soñaba despierta…cogimos las maletas y te supliqué:
-Déjame acompañarte a tu casa…- pero habíamos llegado, era real…nos abrazamos
como quién agarra una cosa sin insistencia por miedo a quedarse allí, pasivas…
…dimos la vuelta, cada una a su camino…ese que quizás nunca vuelva a cruzarnos…y me giré una última vez…observando su espalda…la última vez que la besé era una tarde de octubre…dónde
descubrí a qué saben “los labios que saben
despedida…”
Vuelve