Me puse la capucha en la cabeza, el día estaba gris y llovía, ...ese agua que siempre me recuerda a ti. Como una tarde más me dispuse a seguir con mi vida aunque tú no estuvieras en ella, pensaba en ti...
La fiesta del cine era una buena opción para elegir una de esas películas que llaman dramas como si no nos llegasen suficiente con la vida misma, como dicen por ahí, -siempre viendo películas raras... y por eso ahora voy sola y me río recordando que las tuyas eran de dibujos animados y superhéroes, divertidas y las disfrutaba...y las mías, sin embargo, ahí cometí otro error, no puedes enseñarle a las personas lo triste que es la vida, aunque la vivan en otras vidas en el cine, se acaban aburriendo, se terminan como todas...
Decidí entre tanta gente ver Una vida en tres días, el título más que sugerente, me llevó a seleccionar en mi maldita memoria inamovible, qué tres días serían mi vida, ¿adivinas con quién los pasé? ...uno suele elegir los más felices de su vida...o los que le han dado un vuelco...pero los hay también que matan... ¿cuáles elegiríais?...
El caso, es que me gustó, y por primera vez me sobraron palomitas y gominolas, supongo que imagino que aún sigues ahí después de todo y comparto contigo. Me vino bien llorar, no sé si de tristeza o de felicidad, el caso es que no me las contuve del todo...no podía, porque en uno de los diálogos un padre le explica a su hijo porque dejó a su madre, y dolido le dice algo así como: - Sé que era la mujer de mi vida, que lo tenía todo, divertida, guapa, luchadora, si yo fuera mejor sabría disfrutar de ella y sabría sacarle toda esa tristeza, pero elegí ser normal...hubo un momento que no podía soportar no serlo.
No fue exactamente así pero se parecía tanto a una de tus excusas cuando buscaba respuestas a aquel adiós. ¿Quién coño elegiría ser normal? No hay quién se lo trague...y sin embargo, ahí está, paradógicamente utilizan ese símil en el cine... ¿otra casualidad? ...vaya...
Salí de la sala con los ojos medioempañados, me ví con ojos verdosos y pasos intranquilos entre el tumulto con miedo/ganas de verte...y el vidrio de mi retina reflejaba cualquier escena que atravesaba mi rostro con dificultades para quedarse, mi cabeza aún no asimilaba...o tal vez salía de más adentro...el puto ventrículo izquierdo...
Fui al hospital de al lado porque acababan de operar a mi abuela, pero aún no la bajaran del quirófano, y estaba con alguna de esas personas que forman mi familia, en la habitación esperando, cuando me llamó mi madre para que me asomara a la ventana y allí estaba, una chica sonriendo, con su mochila y cazadora de cuero, gestual...cruzando la acera, acompañada de alguien que desconozco...los pocos segundos que duró su imagen en mi pupila me sirvieron para romper aquel vidrio que se había clavado durante la sesión...hay cristales que es mejor cerrar...hay ventanas que deberían estar cerradas con persianas antibalas...
Y volví a reaccionar, a recordar, a relacionar, a ligar, a unir, a querer saber, a buscar(te), a llorar...porque pensaba bajar mientras aún no llegaba mi abuela a la habitación, pensaba tomar el aire y mojarme con la lluvia para despejarme de un lunes náuseabundo...pero no lo hice.
"-¿Y si llegase haber bajado cuando lo pensé? Hubiésemos coincidido. "
No sé si no bajé por miedo a ese encuentro o por si acaso lo había...o realmente quería verla y me lamento de no haber bajado...no sé pero al final todo sucedió así. Y hay que darle sentido a las cosas cuando suceden pero cuando no suceden también. ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo explicarme?
Justo esta semana que veré La vida de Adele, que el jueves es día 3, que pensé que no estaba ni en la misma ciudad, y que todavía sigo escribiéndole...ella siempre llega justo a tiempo...
Una vida en tres días...una vida en 3 días...tres días que marcaron mi vida... 3 ( ... ... ... )
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