Podría jurar que siempre creí en ti, en la curva de tus labios cuando sonreías, en el brillo de tus ojos al mirarme, en la ternura de tus manos, en tus palabras llenas de promesas incumplidas...
Podría prometer que creí que todo sería eterno...y lo podría seguir sosteniendo, tonta y estúpida creyendo aún en todos esos sueños que llevan nuestros nombres...pero que no van contigo.
Luego de que juraras amor eterno, apareció aquella chica. Habías jurado protegerme, pero cuando ambas te necesitábamos, corriste tras ella, que sólo te había regalado un fin de semana. Olvidaste nuestros momentos juntas, públicos e íntimos, olvidaste que te concedí ser la primera confiada que serías la última, y esperando que seas la única. Olvidaste lo que sentimos cuando nos besamos por primera vez, o lo que me decía tu piel en movimiento. Olvidaste, que cuando prometimos que estaríamos juntas, debías prometerlo con la mano en el corazón, así como yo, entregada a ti, amor, y a todo lo que pudiera pasar, incluido esto...sosteniendo algo que espera tu presencia mientras no regresas...
Tal vez debería asumir que no estás y que aún con ella bailan la vida, pero el recuerdo mata, soñarte y saber que no volverás es un suplicio, porque aún deseo sentir un suave golpe sobre mi puerta y que seas tú, me tiembla el corazón con cada palabra. Y aunque sé que no me dejarían que te dejase volver a mi vida, tanto dolor y esfuerzo habrían servido para acogerte de nuevo y darte cada vez más, mucho más...como lo hice por primera vez pero esta vez hasta el final, hasta mi vida... ...sabría así que no me olvidaste, que todavía piensas en mí, que todavía soy yo...y no ella....
Vuelve
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